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Protocolo de Montreal

¿Qué es el Protocolo de Montreal?

El Protocolo de Montreal es un pacto mundial que tiene como objetivo preservar y proteger la capa de ozono, reduciendo la emisión de las sustancias químicas que la pueden dañar. Este Protocolo es parte del Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono. A estas sustancias químicas que dañan la capa de ozono se las conoce como SAO.

Como las SAO afectan de forma negativa la capa de ozono también resulta importante su reducción para poder mitigar el calentamiento global. El Protocolo de Montreal también concierne la reducción de los hidrofluorocarbonos, otra sustancia química que afecta de forma perjudicial al medio ambiente. 

Se acordó y firmó en 1987 y entró en vigor dos años después, en 1989. Se trata de un documento que, a lo largo de las décadas, se ha modificado en más de una ocasión, añadiendo nuevos objetivos y adaptando los compromisos a las realidades del presente. 

¿Qué objetivos clave tiene el Protocolo?

El Protocolo de Montreal se basa en una serie de objetivos concretos. Estos son:

  • Los países de la Unión Europea son participantes tanto del Protocolo de Montreal como del Convenio de Viena.
  • Se quiere regular el uso y limitar la propagación de las sustancias químicas que afectan a la capa de ozono, conocidas como SAO. Algunas de ellas son hidroclorofluorocarbonos (HCFC), clorofluorocarbonos (CFC) o hidrofluorocarbonos (HFC), entre otras. 
  • El control y previsión de la producción de las sustancias dañinas para el ozono. Dependiendo del país y de sus circunstancias, se prevén distintas fechas y plazos para cumplir estos objetivos, concretamente los países en desarrollo frente a los países desarrollados. 
  • Establecer un control del comercio, para prohibir o restringir el comercio de este tipo de sustancias químicas para los países que estén comprometidos con el Protocolo de Montreal.