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Mitigación y Adaptación

¿Qué son la Adaptación y Mitigación al cambio climático?

Cuando se trata de dar un paso a la hora de combatir el cambio climático y prevenir los posibles impactos que este pueda causar en los diferentes ecosistemas del planeta, nos encontramos con dos tipos de soluciones que podemos aplicar: las de mitigación y las de adaptación. Ambas estrategias se complementan entre sí, y aunque toman decisiones distintas, al final tienen el mismo objetivo final. 

La diferencia entre la solución de la adaptación y la solución de la mitigación radica principalmente en que la primera, es decir la adaptación, se dedica a analizar cómo se pueden reducir las consecuencias negativas del cambio climático y como se puede aprovechar al máximo las oportunidades que puedan provocar, mientras que la segunda, es decir la mitigación, está centrada en combatir las causas del cambio climático y minimizar en la medida de los posible los impactos que cause al medio ambiente. 

¿Cual es la diferencia entre la Adaptación y la Mitigación?

Aunque en el párrafo anterior hemos comentado la diferencia principal entre ambos conceptos, resulta mucho mejor explicar las diferencias entre tanto adaptación como mitigación del cambio climático viendo que tipo de medidas aplican cada una de estas estrategias. 

Algunas de las medidas de mitigación que se pueden poner en marcha son:

  • La puesta en práctica de la eficiencia energética
  • El uso mayoritario de las energías renovables
  • La electrificación de los procesos industriales
  • La puesta en marcha de impuestos sobre el carbono y también sobre los mercados de emisiones
  • La implementación de medios de transportes que sean más eficientes, como bicicletas, carpooling, transporte público eléctrico, etc…

Algunas las acciones que ayudan a la adaptación al cambio climático pueden ser:

  • La construcción de instalaciones y obras más seguras
  • La investigación y el desarrollo de posible catástrofes naturales que puedan ocurrir por las consecuencias del cambio climático
  • La implementación de medidas de prevención y precaución, como planes de evacuación, medidas sanitarias excepcionales, etc…
  • La restauración de los paisajes naturales, así como también la reforestación de los bosques
  • La creación de cultivos flexibles y variados que estén especialmente preparados para sequías o plagas. 

¿Cómo se pueden aplicar estas estrategias?

Si los cambios causados por el cambio climático son graduales y moderados (es decir no repentinos o graves), la solución de la adaptación es más sencilla. Sin embargo, si el clima cambia más deprisa de lo estimado, las posibilidades de adaptación se vuelven cada vez menores, con lo que dependeremos más de la mitigación. 

La puesta de las actividades dirigidas a la adaptación frente al cambio climático tendrán ciertos costes, aunque estos costes serán muchos menores a el precio que se pague por las catástrofes climáticas que puedan ocurrir por el cambio climático. De hecho, una buena y eficaz adaptación requerirá de nosotros una legislación eficiente, una planificación a largo plazo, avances tecnológicos y ayuda financiera y el intercambio de información entre las diferentes administraciones, países y centros de investigación. 

Cabe mencionar que no todos los países o todas las clases sociales tienen la misma capacidad de adaptación, especialmente en lo que se refiere a los cambios más calamitosos, como grandes olas de calor o inundaciones. Estas estrategias de adaptación deberán estar apoyadas por consensos políticos además de contar con estudios sobre la vulnerabilidad de los espacios naturales para promover el uso eficiente de las inversiones que sean necesarias.